jueves, 26 de abril de 2012

Te has burlado de mi confianza, has pisoteado aquello que tanto esfuerzo me costó y además, lo niegas...
Y de repente, despierto y no la tengo, tanto tiempo y no tengo nada ¡Qué vacías tenía en realidad las manos! Al dolor de cuando se abren los ojos por la luz intensa se une la sensación de que una parte de mí, como siempre, fiel amiga, tenía razón. Me insistió que no sería feliz, y tampoco tengo motivos para serlo ahora, "olvida tus sueños y mantén la cabeza fría" fueron sus palabras.
Siento mareo y congestión dentro e mi cuerpo, estoy apresando desesperación en una celda con barrotes infranqueables, solo si alguien abre la puerta podrá salir, y cuando eso ocurra, si ocurre, como todo preso, deseosa de libertad caminará allí por donde le placiera en su cautiverio. Y quizá este cautiverio le consiga cambiar tanto que ni siquiera yo acierte a reconocerle. Probablemente destruya edificios de aquellos que se propusieron desafiarle.
"Una vez más" esa sería la sinopsis del macabro invento que sería una película sobre mi vida. Vuelvo a estar solo, o mejor dicho, ya no tengo a nadie que me diga que no lo estoy. Una relación es aquello que ocurre desde que alguien niega mi soledad hasta que el tiempo descubre esta mentira. Ya no podré creerte, deberás creerme tu. ¿Ves como siempre acabo quedándome solo? ¿Sabes por qué sabía que ocurriría así? ¿Por qué sabía que te iría bien? Porque así ocurre siempre, debe faltarme esa parte que me quitan. Y además, hice vacío de mi presencia y escarcha de mis caricias, y así te rendirías a otros brazos.
...
Y si te vas con el cielo entre los dedos, te despediré aferrado a las palabras de amor que nos dijimos, yo las necesitaré para sobrevivir al frío mientras me falta el abrigo. Llevaré paraguas, llueva o no llueva, y así sentir que yo también me despido para tener algo distinto entre manos. Me despediré apenas sin gestos, tan solo levantaré la mano y verás la palma donde escribiste un día cuánto me quisiste. Mas no mientas, el tiempo borró el dibujo, a tu amor lo mató tu decisión, no la mires con nostalgia. Daré la vuelta, y comenzaré a caminar con el paraguas en mi mano, apretándolo para ocultar, y soportar, lo doloroso que es transformar el amor a odio y la esperanza por desilusión, ojalá que algún día lo sepas. Mientras me marche no giraré la cabeza, pues no dejaré nada atrás, lo que atrás quedó ya lo perdí, aún así sabré que te abrazarás a otro. Tu soledad es así de complaciente que, de vez en vez, deja alguna satisfacción. Para mí no habrá tal misericordia, marcharé solitario, a continuar con la rutina que ya aprendí, mientras tú y tu necesidad vestirán de desoladora la situación que te niegas a cambiar. Así tendrás siempre miserias que contar y así las personas que te rodeen pensarán que tus éxitos tienes más mérito y tus errores, justificación.
No vuelvas, y esta vez es definitivo, no te lo permitiré. Y esta vez, será mi culpa. Esta vez no dejaré que entres en mi vida, ¿Para qué quieres hacerlo? ¿Para que al final descubra que fue mentira todo...? La preocupación, el interés y el afecto se desvanecen cuando aparecen otros brazos, y parece que solo cuando estos faltan, o fallan, insistes en preocuparte por mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario