jueves, 12 de abril de 2012

Feminismo y masculinismo

En el presente trabajo realizaremos un análisis y una reflexión sobre las corrientes dadas en torno a la idea de género. Hemos considerado interesante nuestra propuesta debido a que creemos que se ha viciado enormemente la lucha por la igualdad de género, y creemos que podemos hacer una crítica constructiva y sincera. Tampoco tratamos de acentuar o de dividir esta lucha, pues la unidad de las corrientes feministas y masculinistas darán mayor fuerza a nuestra lucha, sino de analizarlas y establecer las diferencias que históricamente se han dado. Por último, queremos también establecer una clara dicotomía entre corrientes que, en la actualidad, parecen afines para sectores nada interesados en la igualdad en nuestra sociedad dando un carácter provocador y exacerbado, como ocurre con el feminismo y el hembrismo- o feminismo extremo- o el masculinismo con el machismo.
Se ha producido, debido al carácter acelerado de la sociedad capitalista, una revolución en pro de la igualdad de género muy fuerte. Ha habido, asímismo, sectores de la sociedad a los que nada les interesaba que la igualdad fuera un hecho, sino que se han sumado a esta búsqueda bajo el disfraz de feministas. Llevan las riendas de su carromato, disfrazado de buscadores de la igualdad, y convierten a su religión a masas de personas que, debido a su ignorancia, sucumben ante los discursos vacíos y repletos de falacias. Son, por tanto, reaccionarios y contrarios a la revolución que busca la equidad. Buscan una igualdad incompleta y contaminada, que se adecúe a su ideal de sociedad en la que no serán expropiados de sus privilegios.
Entre las posturas que analizaremos se encuentran cuatro*, además de sus tipologías y diferenciaciones, el feminismo y el masculinismo como sinceras buscadoras y luchadoras por la igualdad, y el machismo junto con el hembrismo, se tratarían de aquellas corrientes que buscan la preponderancia social de alguno de los sexos. No obstante, hay numerosas diferencias en cuanto al sentido y la tipología de los discursos que usan estas corrientes no igualitarias, que más tarde analizaremos.

Feminismo

El feminismo es una ideología y un conjunto de movimientos sociales, económicos, políticos y culturales que buscan la igualación de los derechos de la mujer con respecto al hombre. En determinados sectores, y así es contemplado por la RAE, se trata de una búsqueda de la igualdad de sexos, no obstante, en el análisis posterior veremos como existen numerosos "fallos" que impiden que esta definición pueda ser empleada.
El feminismo nace más temprano de lo que se piensa habitualmente. Se considera que nació en la Edad Media con Christine de Pisan y su obra "Libro de la ciudad de las mujeres" (1405). Es fácil adivinar por qué este intento de feminismo contemporáneo no tuvo el éxito que siglos más tarde sí sería más fructuoso, en una sociedad medieval en la que la difusión de la literatura estaba controlada por el clero.
Entre los escollos que ha debido superar el feminismo, y por hablar de los más recientes, la idea del "apego maternal" o de la falta de racionalismo de las mujeres. Es incontestable el hecho de que se considerara- y desde algunas teorías, se considere- que la mujer tiene un apego insustituible con sus hijos ejerce una opresión sobre la idea de mujer independiente económicamente que las feministas procuran.
Por último aclarar que se trata de un movimiento que aún continua y que pese a haber alcanzado logros importantes en el continuo de su lucha, aún debe luchar contra más desigualdades que se producen dentro de las sociedades actuales en relación a la mujer.

Masculinismo

El masculinismo es una teoría, en cuyos orígenes nosotros hemos situado por declarar, abierta y argumentadamente, las desigualdades que el hombre sufre con respecto a la mujer, un libro del filósofo socialista inglés Ernest Belford Bax "El fraude del feminismo" (1913). En él establece una crítica las actitudes hembristas y actitudes de feroz crítica al hombre realizado tanto por hembristas, encontrando el culmen de la irracionalidad en Valerie Solanas, como por feministas, que consideraban el machismo como una estrategia prehistórica del hombre para reprimir a la mujer durante siglos.
El masculinismo puede ser dividido en dos corrientes claramente diferenciadas: una corriente conservadora, que se declara anti-feminista, y una corriente progresista, que busca la "revalorización" del concepto de hombre. Es decir, mientras que una posición defiende, desde dentro del sistema actual, una mayor ponderancia del varón en determinados aspectos, entrando en contradicción con algunos ideales feministas, otra parte de este movimiento, lucha por una concepción nueva de la sociedad donde el hombre sea concebido de otro modo, sin caer en los designios actuales de valiente, violento, patriarcal etc.
El masculinismo puso, y pone, sobre la mesa determinadas cuestiones que se escapan a ojos de las feministas, ya sea por omisión intencionada o por desconocimiento, a la hora de plantear una equidad de género real. Por ejemplo, los gastos en sanidad grandes subvenciones para la investigación y tratamiento del cáncer de mama y subvenciones mucho más discretas para el cáncer de próstata, o la actitud parcial que se ejercen en las sentencias de divorcio y custodia de los hijos. Además, señala que, como crítica al feminismo, en determinadas ocasiones ha pecado de clasista, podemos ver como numerosas "feministas" tratan de que se igualen el número de mujeres empresarias, dándole por tanto mayor valor a tal empleo, y que se reduzcan en temas como la enseñanza o el cuidado de personas mayores, estableciendo por tanto claramente qué trabajos consideran que están "por encima", en lugar de buscar la valoración que sin duda merece el mayúsculo esfuerzo que es la crianza de los niños o de personas mayores.

* No se encuentra en mi escrito del trabajo las demás partes que corresponderían a machismo y hembrismo

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