lunes, 2 de abril de 2012

Recuerdo- o no- de aquella noche

Recuerdo esa noche y cuando la recuerdo parecer ser ésta. Era tan triste y tan oscura. Ni siquiera vi la Luna, ni siquiera teñía de blanco una masa de nubes. Esa noche, nada había que iluminara, salvo la pantalla del ordenador. Parecía una alegoría a la soledad, nunca me sentí tan solo. Aquella noche en la que sufrí, algo después de que se diera, su traición. Ni mucho menos grave, ni mucho menos mortal, pero sí dolorosa.

"Tranquila, apenas has rozado una pieza que ya se tambaleaba. No has conseguido hacerme caer, simplemente con tu traición has alimentado un vaivén que parará, no existe el "perpetuum mobile". ¡Oh, me parecías tan perfecta! Hoy solo eres una persona más a la que odiar. Alguien más a quién no perdonar. 
Como me alegro de no haberte confiado nada. ¡Cómo me alegro! Porque, quizá no lo sepas pero, solo conociste la parte más superficial. El lado bonachón tontorrón que, bueno, ya sé que no es el que debo mostrar, pero eso lo comprobarán otras personas, tú no. Y es cierto, no te confié nada. No tienes nada, ¡Nada! con lo que hacerme daño, nada que hacer con tantas horas conmigo. No tienes nada con lo que herirme porque sabes, y muy bien, que sigo siendo un puzzle para tí. ¿De verdad crees que conseguirás recomponer las piezas? Si te faltan demasiadas..."

Aquella noche en la que terminó de balancearse aquella pieza, encontró una posición fija y jamás volvió a moverse. No hubo más luz que la de una bombilla semiagotada que a ratos parpadeaba para acabar rindiéndose poco más tarde de terminar de escribir. Aquella noche en la que cualquier esperanza por las personas, cualquier mínimo sentimiento hacia las personas desapareció. Descubrí que las personas siempre acababan traicionando como parte de su educación. Aquellos seres tan vengativos y tan temibles, pero nada respetables, habían intentado, y muy duramente, alienarme. No obstante, ¿Cómo pretendían conseguirlo, si jamás conocieron mi carácter?

2 comentarios: